Tea at Five. Dinner at Seven. Murder at Midnight.

Casi. Casi lo ha habido. Hoy me siento más como Emily Watson, Clive Owen, Helen Mirren, Kelly McDonald o incluso Ryan Philippe que Kristin Scott Thomas, Maggie Smith, Jeremy Notrham o Michael Gambon. Hoy los mataría a todos ellos, burgueses estúpidos y maleducados que no tienen consideración ni respeto hacia la clase trabajadora. Deberíamos amotinarnos y acabar con todos ellos... Pero ser el servicio, aunque sea una mierda, muchas veces es tan guay: poner a parir a todos ellos, reírnos abiertamente de su esnobismo y provinciana sofisticación, de sus ridículos problemas que les causan tantos agobios... Claro, que siempre hay algún miembro del servicio más arrastrado que una lombriz... De lo mejor de trabajar es que casi siempre recuerdo esta peli, y me siento como uno de los personajes. Por otra parte, cómo se te echa de menos Robert ( le llamo Robert, para no levantar envidias llamándole Bob, porque sé que él me lo permitiría), a ti y a tu maravilloso cine coral... Y qué magnífica película ésta en cuestión, con tanto trasiego de personaje, tanta ironía British, tanta sofisticación, elegancia en todos los sentidos, un guión tan tan precioso, una música de Patrick Doyle sublime, con esas canciones de Jeremy Northam, y esos diálogos inolvidables, crueles, divertidísimos, ese acierto retratando a las clases sociales y sus relaciones... Esos actores maravillosos, divertidísimos, geniales Maggie Smith, Stephen Fry, Kristin Scott Thomas, Helen Mirren y un larguísimo etcétera. We need you, Robert!!