Os presento a Erika. Ella es pianista. Y lo que va a hacer segundos después de esta foto nos deja a todos los que hemos visto la película, absolutamente aterrorizados. Erika es una mujer que ha vivido toda su vida obsesionada con alcanzar la perfección.Es especialista en Schubert, nadie lo toca como ella. Como dice, Schubert no se toca de fuerte a suave, sino de grito a susurro. No basta la técnica. Hace falta algo más. Y Erika ha dedicado toda su vida a poseer ese algo. Cerca de la cuarentena, vive con su madre, manteniendo una relación de lo más compleja, ella ha crecido sometida a su voluntad, y vive constantemente vigilada, como si todavía fuera la niña que debía volver a casa tras las clases de piano. Entre ellas existe una relción amor-odio, que abarca todo el amplio espectro de ambas emociones, sobre todo ahondando en la visceralidad de dichos sentimientos.
La perfección ha deshumanizado a Erika. Ella no conoce más que el mandar y ser sometida, el obedecer y acatar. Solo ha vivido lo académico ya sea como alumna o hija dependiente de su madre, o como profesora o hija de la que su madre depende. No tiene vida emocional, los hombres no han tenido cabida en su vida. Su vida sexual incluye el voyeurismo, las autolesiones y el sadomasoquismo. Es maravilloso como cada escena, a pesar de su provocación, está totalmente al servicio de la naturaleza del personaje, un personaje, que cuando intenta relacionarse con alguien, ya sea madre, compañeros o alumnos, los resultados son los de una auténtica depravada. Y si no, trata al mundo con gelidez y distancia. Una persona que solo ha conocido el sacrificio, el castigo, la disciplina férrea. Una persona que sabe lo que cuesta ser única, y que luchará, no importa cómo y sin ponerse límites, por ser "la especialista en Schubert", aunque tenga que dar rienda suelta a toda la maldad que posee. De pronto, un chico se obsesiona con ella, se apunta a sus clases, la intenta seducir... Pero él no sabe a qué clase de persona está seduciendo. Lo que sucede a partir de entonces marcará las vidas de ambos. Pues Erika es una persona que ha reprimido infinidad de deseos, y esa represión, hará que la salida de todos sus deseos al exterior, al mundo real, sea desbordante y enloquecedora, resultando algo que nuestra hipócrita sociedad tal vez no esté preparada para asimilar. Porque esta vida sin amor, sin afecto, sin cariño ni exteriorización de las emociones ha convertido a Erika en una perturbada. Y su comportamiento genera repulsión, odios pero a la vez una atracción irremisible y enfermiza. Porque Erika es fascinante en su monstruosidad. El retrato que nos ofrecen Huppert y Haneke, mano a mano, es estremecedor, asombroso. Y obviamente, cuando Erika intente sentir, acercarse a los demás, los resultados serán frustrantes, y el final, tan demoledor, oscuro y salvaje como la propia naturaleza de Erika. Una película maravillosa, perfecta y aterradora, una joya de Haneke que vuelve a hablarnos de sus obsesiones, del alejamiento de la conexión emocional entre las personas, y a dónde puede llevarnos eso: a comportarnos como animales. La incapacidad de amar de los seres humanos, de sentir, de relacionarse. La deshumanización de la sociedad occidental. Occidente como una fábrica de monstruos, pero sin ese tono de culpa autoindulgente, sin ningún tipo de concesión. Fascinante la manera de abordar la violencia, el sexo, la apatía. Sin embargo, soy incapaz de ver a Erika como a un monstruo, sino a una víctima que pelea por vivir. No sé por qué considero que los monstruos son el resto. Tal vez deba dejar de tocar a Schubert.
(Con gafas de pasta) Personalmente, prefiero su trilogía de la glaciación emocional, cuando su mano autoral aún no estaba polucionada por el mercado...¿sabesss?
ResponderEliminar(Sin gafas de pasta) Cannes 2009 fue un tongo!!
Y esta entrada lo demuestra.
Creo que quiero ver esta peli (o algo de Haneke, por tener conversación contigo XD) pero tiene pinta de que me va a dar mucho miedito!!
Te quiero!!