viernes, 26 de junio de 2009

What rabbit holes hide...


" ... Alicia es un libro sobre una crisis de identidad sexual, eso lo sabe todo el mundo, claro, no es nada nuevo, pero a mí me gustaría ahondar un poco más en la cuestión. Si lo analizamos con mayor detalle, vemos una niña pequeña que desciende por la sugestiva madriguera de un conejo, convirtiéndose en una entidad prenatal, en un personaje que intenta encontrar su papel como Mujer. Uno tras otro se le van presentando diversos papeles sexuales, pero ella parece incapaz de aceptar ninguno de ellos, vaya, que se encuentra bloqueada. Rechaza la maternidad cuando el bebé al que ha estado alimentando se convierte en cerdo, y no responde positivamente al papel de mujer dominante de la Reina, y sus gritos castradores de "¡que le corten la cabeza!". Y cuando la Duquesa le plantea una proposición lesbiana astutamente encubierta, que te preguntas hasta qué punto el viejo Lewis era consciente del tema, ella ni se percata ni se muestra interesada; y recordarás que justo después de eso se va a hablar directamente con la Falsa Tortuga, encerrada en su caparazón y en su autocompasión, personaje sin duda preadolescente; y luego vienen unas escenas de lo más sugerentes. Esa en que se le alarga el cuello y la acusan de ser una serpiente, destructora de huevos,¿recuerdas?, una identidad bastante destructiva del falo, que ella repudia, indignada; y su rechazo ante la dictatorial Oruga, de solo quince centímetros de altura, encaramada con gran empaque sobre una seta de resonancias del todo femeninas, absolutamente redonda y con el poder de agrandarte o encogerte; eso a mí me resulta de lo más interesante. Y luego está la obsesión con el tema del tiempo, claro, una obsesión bastante más cíclica que lineal. Ella hace muchos intentos pero no llega a comprometerse, no puede decirse que al final del libro haya alcanzado nada que pueda identificarse como madures. En cambio en A través del espejo..."

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